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Pierre-Albert Jourdan

Vida y obra

 
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P.-A. J. en la ventana de su casa de L’Haÿ-les-Roses (en las afueras de París) en 1975 (foto Gilles Jourdan).

 

              Pierre-Albert Jourdan fue un poeta discreto cuya obra –aun siendo considerada esencial por otros poetas– fue ignorada por los investigadores universitarios y desconocida no solamente por el público en general, sino también por aquel, más restringido, que constituyen los lectores regulares de poesía.

Nació el 3 de febrero de 1924 en París y murió el 13 de septiembre de 1981 en Caromb (pueblo ubicado en el departamento de Vaucluse). Cursó la carrera de ciencias políticas, de comercio y de derecho, trabajó durante toda su vida profesional (1947-1981) ocupando el cargo de Jefe de servicio en la Sociedad Mutualista de Transportes Públicos. Empezó a escribir, a partir de 1956, apartado de los circuitos literarios. Después de haber publicado en 1961 su primer libro de poemas La Langue des fumées (hay traducción en español inédita: La Lengua de las humaredas) –muy marcado por la influencia de René Char que pasó absolutamente desapercibido, continuó en silencio una obra abundante y variada. Hasta 1973 ésta se compone principalmente de poemas inéditos durante su vida –excepto algunos que fueron publicados parcialmente en revistas– y reunidos, luego de variaciones complejas, en libros manuscritos: Le Chemin nu, Ce Torrent d'ombre.

 

La influencia del budismo Chan –que se tradujo en el seno mismo de los libros siguientes: Ébauche d’un paradis perdu, Ciel absinthe y Sortir avec Jérôme Bosch a través de citas de las Lecciones de Lin Tsi y de la aparición de la forma aforística– contribuyó a partir de 1970 aproximadamente, a un giro más radical en la escritura de Jourdan. La búsqueda espiritual a la que el poeta subordinaba su escritura, y que caracterizaba la voluntad de desaparición y de despojo del “yo”, lo condujo a abandonar progresivamente el poema, forma cerrada, en provecho de fragmentos poéticos y morales, cuyas entregas sucesivas publicadas durante el último decenio de su vida –prematuramente interrumpida por un cáncer de pulmón–­ constituyen sus obras maestras: Le Matin (1976), Fragments (1979) (hay trad. en español inédita: Fragmentos), L’Angle mort (1980), L’Entrée dans le jardin (1981), Les Sandales de Paille (1982) cuya edición preparó pero no llegó a ver publicada, y por último L’Approche póstumo.

 

En esa época, Jourdan empezó a entregar asiduamente poemas –sin querer sin embargo editarlos en libros– a revistas con las que se sentía afín, principalmente a La Traverse, fundada en París por su amigo Paul de Roux en 1969, Sud, dirigida en Marsella por Jean Malrieu, y La Revue des Belles-Lettres en Ginebra. También creó su propia revista en 1974: Port-des-Singes (en referencia a la novela El Monte análogo de René Daumal) no como un libro de “distracciones intelectuales” o una “revista de poesía” sino más bien “una revista como un examen de conciencia” (“Pause ou la chaise qui se dérobe”, Port-des-Singes, n.°5). En los nueve números que publicó hasta su muerte, Jourdan reunió a amigos, poetas o pintores, y publicó fundamentalmente algunos extractos de sus libros de fragmentos en preparación.

 

A los poemas, fragmentos y diarios que comprenden más de mil páginas de los primeros dos tomos de la edición póstuma y colectiva de sus obras completas, dirigida por Yves Leclair y publicada por la editorial Mercure de France (Les Sandales de Paille, 1987; Le Bonjour et l’Adieu, 1991), hay que agregar dos novelas, Le Ciel des disparus (escrita en 1967) y Le Théâtre d’ombres (terminada en 1977), los fragmentos narrativos de Notes d’un voyage (escrito entre 1974-75), un relato titulado Les Tentations de Saint Antoine (1978), cuentos publicados parcialmente con el seudónimo de Henri Favent en la revista Port-des-Singes, ensayos y notas de lecturas sobre amigos poetas o dedicados a su concepción de la escritura publicados en los años ‘70 en revistas (sobre todo en Port-des-Singes, en los cuadernos trimestrales del Nouveau Commerce de la Lecture, o en números especiales consagrados a uno o a otro de esos poetas en las revistas L’Arc, Solaire, o Sud) o en programas de radio. 

 


P.-A. Jourdan. Paisaje de Caromb, óleo sobre tela, 1953.

Mucho antes de empezar a escribir, y durante toda su vida, Jourdan dibujó, pintó y se interesó por la fotografía. Sus pinturas figurativas que representan paisajes del Ventoux, de Caromb, retratos de familiares, realizados a partir de 1949, y sus collages fotográficos de inspiración surrealista dieron lugar a dos exposiciones en la galería Jacob en París (VIe) en 1953 y en 1955. Después de 1954 dejó de exponer, pero siguió pintando, sobre todo pinturas abstractas en gran formato, y él mismo se encargó de ilustrar algunos de sus textos, por ejemplo los de La Langue des fumées que llevan una aguada original, o el poema “Gerbes” publicado con dos dibujos del poeta.

Las iconografías fueron publicadas en la revista Sources y en los dos libros póstumos titulados Pierre-Albert Jourdan, así como en el catálogo de la exposición Pierre-Albert Jourdan: peintures, photographies, documents. La importancia que la pintura tenía para el poeta se tradujo también a través de la incorporación en sus libros y en su revista de grabados y dibujos de artistas amigos, o de reflexiones sobre la pintura en general y evocaciones (ya fuesen caracterizaciones rápidas o notas más desarrolladas) de pintores pasados o contemporáneos, y de la fuente de inspiración que la pintura de El Bosco, por ejemplo, pudo constituir para una parte de sus poemas.


P.-A. Jourdan. Óleo sobre tela, 1959.


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                  Aunque rica y diversa, esta obra profundamente original permaneció desconocida, principalmente porque hubo pocas publicaciones en vida del autor, no porque éste no haya encontrado algún editor dispuesto a publicarlo sino por una elección deliberada de discreción, además del rechazo a situarse como literato y construir una obra, y la voluntad de mantenerse al margen de la proliferación que caracteriza a la literatura de masas y de la falsa publicidad de los circuitos comerciales. Esta actitud explica que, para gran parte de sus poemas –en particular la más explícitamente literaria– la edición completa y póstuma de la editorial Mercure de France sea al mismo tiempo una primera edición, ya que muchos de ellos ni siquiera habían sido publicados en revistas.

 

Incluso lo que eligió, por voluntad de compartir, para publicar en libros o en plaquetas se dio a conocer por el boca a boca de los lectores y gracias a algunos azares ya que a menudo prefería publicar a cuenta de autor, o sea sin el sello editorial que habría facilitado la venta. Es el caso, por ejemplo de Le Chemin nu (Poèmes 1956-1969), mimeografiado para regalarlo a sus amigos, o de L'Ordre de la lumière, Le Matin, L'Angle mort, y de la revista Port-des-Singes. También entregaba sus obras a los “pequeños editores” que compartían el mismo punto de vista, por ejemplo las Éditions de l’Hermitage en París que publicó Fragments y Les Sandales de paille, o el editor Thierry Bouchard, en Losne, que publicó L’Entrée dans le jardin. En ambos casos fueron tiradas muy pequeñas, incluso confidenciales, de no más de cuatrocientos ejemplares, o no más de cien como en el caso de la plaqueta Gerbes publicada por Pierre-André Benoît en 1959.

 

Para responder al creciente interés por esta obra, sus amigos realizaron publicaciones póstumas de poemas y fragmentos desde 1984: en revistas (a veces en números que habían sido consagrados a uno de ellos) con una tirada importante en algunos casos, por ejemplo la de Poésie 87 o muchas veces en La Nouvelle Revue Française, o en libros, principalmente los de la editorial Unes de Trans en Provence, que publicó respectivamente en 1984 y en 1985 los fragmentos de L’Approche, los poemas en prosa de L’Espace de la perte y los poemas de La Marche –también pensaban publicar el extenso poema Ébauche d’un paradis perdu– con una tirada mucho más importante –de mil ejemplares– que en las ediciones precedentes, lo que permitió una mejor difusión de sus escritos. Al mismo tiempo se reeditaron las últimas obras publicadas en vida de Jourdan: L’Angle mort y L’Entrée dans le jardin con una tirada superior aunque limitada. Por último, después de la aparición de un libro de arte titulado En pensant aux peintures d’Anne-Marie Jaccottet, (Losne, Thierry Bouchard, 1986) y del cuento para niños Histoire de Matt, ours bilingue (L’École des loisirs, 1987), Yves Leclair dirigió para la editorial Mercure de France la edición de las obras completas de Jourdan, que comprende dos tomos. Si bien aún no han permitido una gran difusión de la obra mentada (en parte por el precio elevado y el aspecto compacto), estos volúmenes constituyen una herramienta excepcional para la investigación, gracias al establecimiento minucioso de los textos, al recapitulativo histórico de las publicaciones de cada uno y a las notas biográficas que los componen.

 

                  La muerte de Jourdan y algunas publicaciones póstumas provocaron por otra parte la publicación de artículos sobre el poeta –siempre muy cordiales y afectuosos– en numerosas revistas y diarios literarios o generales, por ejemplo Le Monde, La Nouvelle Revue Française, Critique, La Quinzaine littéraireL'École des lettres II, si citamos sólo a los más conocidos. Cabe destacar también la publicación de libros de homenaje o números de revistas consagrados al poeta en los que se hallan una biografía, una bibliografía, escritos inéditos y una iconografía de sus pinturas, fotografías y collages: Pierre-Albert Jourdan publicado en 1984 por Thierry Bouchard (Losne); y otro en 1996 publicado por la editorial Le Temps qu'il fait (Cognac); un dossier en la revista Sources (Namur) publicado en 1990. France culture emitió dos programas de radio en 1987 y en 1997 y las Éditions de l’Ermitage realizaron una exposición de homenaje en París en el año 1982 y otra en la librería La Brèche en Bergerac en 1994. Este reconocimiento póstumo de Jourdan se debe esencialmente a la acción de poetas, de la misma manera que el que conoció durante su vida.


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                  Pierre-Albert Jourdan fue amigo de poetas prestigiosos, entre ellos Henri Michaux, René Char, al que conoció en 1957 y que permitió la publicación de su primer libro La Langue des fumées en 1961 por la editorial José Corti, o entre los que aún están vivos, Yves Bonnefoy, Philippe Jaccottet, Jacques Réda, Lorand Gaspar, que participaron de Port-des-Singes junto a otros poetas menos reconocidos y que a menudo le han rendido homenaje.


P.-A. J. con René Char en Caromb (Foto Gilles Jourdan).

Yves Bonnefoy escribió el prefacio del primer tomo de las obras completas publicadas por la editorial Mercure de France (Les Sandales de paille, 1987), y subrayó el brillo (“rayonnement”) y la gran belleza (“grande beauté”) de estos textos, a los que dedicó un artículo en La Vérité de parole y tres horas de clase en el marco de sus “Estudios comparados de la función poética” en el Collège de France durante 1982, porque, según sus propias palabras, le parecía “necesario presentar en epígrafe del conjunto [de sus clases] una obra de poesía contemporánea en la que las diversas fuerzas que actúan en la creación –y en la reflexión concomitante sobre la condición humana– aparecen de la forma más completa e intensa”. (Annuaire du Collège de France 1982-1983, Resumen de clases y trabajos).

En cuanto a Philippe Jaccottet, frecuentemente ha escrito que “pocos poetas le han sido tan próximos” como Jourdan, y no dejó (en prefacios a la reedición póstuma del libro de fragmentos L’Angle mort en 1984, al segundo tomo de las obras completas Le Bonjour et l’Adieu en 1991 o en artículos publicados en revistas y en el libro Une Transaction secrète, incluso en su propia obra poética: Plaintes sur un compagnon mort que le dedicó en el libro Pensées sous les nuages [hay trad. en español: Pensamientos bajo las nubes. Calima ediciones, 2002]) de “maravillarse” ante la “precisión” y la “belleza” “admirables”, alcanzadas discretamente en sus últimos libros de poemas y de prosas poéticas, y sobre todo en sus fragmentos, según Jaccottet “en lo que Jourdan es irremplazable, por lo que hay que descubrirlo, por lo que su lectura nos resulta necesaria” (en Le Bonjour et l’Adieu). De allí viene la constancia al expresar “el deseo, por encima de todo, que cada vez se lo lea más” y la convicción que “sus armónicos (aun discretos, sordos, sutiles) están hechos para repercutirse detenidamente, poco a poco, estoy seguro, muy lejos” (en Une Transaction secrète).

 

[Presentación de Pierre-Albert Jourdan]

[La búsqueda de P.-A. Jourdan]

[P.-A. Jourdan: La escritura como ascesis espiritual]

[Algunos textos de Pierre-Albert Jourdan]

[Bibliografía de P.- A. Jourdan]